browser icon
You are using an insecure version of your web browser. Please update your browser!
Using an outdated browser makes your computer unsafe. For a safer, faster, more enjoyable user experience, please update your browser today or try a newer browser.

LEWIS H. MORGAN, EDWARD TYLOR y el EVOLUCIONISMO CULTURAL

Posted by on 21 noviembre, 2009
Lewis Henry Morgan

por Alejandro H. Justiparán

El evolucionismo cultural es un término antropológico que en  un sentido unilineal se esboza antes de Darwin, pero que en último término deriva del evolucionismo biológico que surgió a  finales del  siglo XIX. En su sentido clásico, teoría  según la  cual  las sociedades “deben” pasar por sucesivos estadios de desarrollo. En un sentido más actual, se elimina la obligatoriedad del tránsito por etapas pero se mantiene contradictoriamente la existencia de alguna clase de diferenciación. Sus orígenes, que van desde mediados hasta finales del siglo XIX, con Lewis Henry Morgan y Edward Burnett Tylor como principales teóricos, sostienen que la evolución de la humanidad pasa por tres fases: salvajismo, barbarie y civilización.

En el presente trabajo presentaré las principales ideas de ambos antropólogos, especialmente  las referidas a los períodos étnicos y al desarrollo de la humanidad sus coincidencias y diferencias, trataré de ubicarme en el contexto histórico en el que las desarrollaron, y analizaré, en la medida de mis posibilidades, los alcances de sus investigaciones.

Veremos que Morgan se dedicó con gran rigurosidad a estudiar las formas de organización familiar, mientras que Tylor introdujo nuevos temas en la antropología, especialmente el de la cultura, que no había sido tratado antes con tanta rigurosidad como la que Tylor le dedica.

PERÍODOS  ÉTNICOS

El etnocentrismo[1] fue un rasgo predominante de la antropología en el siglo XIX, se expresaba fundamentalmente  en la concepción teórica que sustentaba las obras de mayor envergadura. Fue además un elemento ideológico peculiar de la civilización europea y occidental en dicho siglo.

Filósofos y científicos provenientes de diferentes disciplinas discutían problemas tales como la unidad del origen del hombre, el significado de la cultura,  la universalidad de la familia monógama o la distinción entre civilización y barbarie. En este contexto, se trataba de demostrar la superioridad del hombre blanco y europeo respecto de las otras razas o grupos étnicos.

“El mundo ilustrado de Europa y América marca, en la práctica, un modelo, colocando, sencillamente, a sus propios pueblos en un extremo de la serie social y  a  las tribus salvajes en el otro, distribuyendo el resto de  la humanidad entre  esos límites, según se acerquen más o menos a la vida salvaje o a la culta.”[2]

“Como el doctor Johnson  dijo, despectivamente, cuando leyó las informaciones acerca de los habitantes de la Patagonia y de los isleños de los  Mares del Sur en los Viajes de Hawkesworth, un conjunto de salvajes es igual a otro. Hasta que punto es realmente cierta esta generalización, cualquier museo etnológico puede demostrarlo.”[3]

Así como Morgan significó un hito en el intento de fijar una racionalidad en el desarrollo de la humanidad desde la condición primitiva hasta la actual civilización, Tylor representa la más aguda elaboración y discusión del concepto de cultura entendido en su sentido moderno.

Lewis Morgan, en la que es quizá su obra más importante, ”La sociedad antigua” sostiene que investigaciones acerca de la condición primitiva de la raza humana, demuestran que  el hombre  avanzó del  salvajismo  a la civilización, mediante acumulaciones de la ciencia experimental.

Así como es  muy posible que ciertas familias hayan coexistido en estados que van desde el salvajismo hasta la civilización, también  parece serlo el hecho que todas y cada una de ellas tiene en común él haber progresado de una  manera natural y necesaria.

En este proceso  evolutivo del hombre a través de su  historia, no deben dejarse de lado las sucesivas  invenciones y descubrimientos que acompañan su evolución, como tampoco las distintas instituciones domésticas que representan el desarrollo de ciertas ideas y pasiones. Mientras los primeros guardan entre sí una relación progresiva, las instituciones han tenido una relación de desenvolvimiento, basados en unos pocos principios primarios del pensamiento.

Desde aquí, se abren dos líneas independientes de investigación. Una conduce a través de los inventos y los descubrimientos, y la otra a través de las instituciones primitivas.

  1. Subsistencia.- Aumentada y perfeccionada mediante una serie  sucesiva de artes, enlazadas con invenciones y descubrimientos.
  2. Gobierno.- Encontraremos sus gérmenes en la organización en gentes en el estadio del salvajismo, evolucionando hasta el establecimiento de la sociedad política.
  3. Lenguaje.- Como lo señala Lucrecio, el lenguaje de los  gestos y señas debe haber precedido al lenguaje articulado, así como el pensamiento precedió a la palabra. El lenguaje monosilábico precedió al silábico, así como este precedió al de las palabras concretas.
  4. Familia.- Las etapas de su desarrollo están comprendidas en sistemas  de consanguinidad y afinidad, y en costumbres relativas al matrimonio.
  5. Religión.- Está relacionada tanto con la naturaleza imaginativa y emotiva, y por consiguiente con elementos tan inseguros de conocimiento, que todas las religiones primitivas  son grotescas.
  6. Vida de hogar y arquitectura.- Su desarrollo puede ser seguido desde la choza del salvaje, hasta la casa de familia individual de las naciones civilizadas.
  7. Propiedad.- La idea de propiedad se formó lentamente en el pensamiento humano. Su imperio como pasión por sobre todas las  demás pasiones, señala el comienzo de la civilización. Condujo al hombre a establecer la sociedad política sobre la base de territorio y propiedad.

Los hechos indican la formación gradual y el desarrollo subsiguiente de ciertas ideas, pasiones y aspiraciones. Aparte de las invenciones y descubrimientos, ellos son los siguientes:

Se podrá así apreciar el progreso humano a través de períodos étnicos sucesivos y por el crecimiento de las ideas de gobierno, de familia y de propiedad.

Morgan entiende que toda forma de gobierno encuadra en dos planes generales. El  primero, en el orden cronológico, se funda sobre personas y sobre  relaciones  puramente personales, y se puede distinguir como una sociedad (societas).

La gens es la unidad de esta organización, dando, como  sucesivas etapas de integración, en el  período arcaico, la gens, la fratria, la tribu y la confederación de tribus, la que constituiría un pueblo o nación (populus). Posteriormente, una coalición de tribus, ya como nación, reemplazó a la confederación  de tribus que ocupaban áreas independientes. Tal fue la organización universal de la sociedad antigua a través de largos siglos.

El segundo se basa en el territorio y  la propiedad y puede ser considerado como un estado (civitas). La sociedad política va a estar organizada sobre demarcadas áreas territoriales, y se va a ocupar, tanto de la propiedad como de las  personas. Las etapas sucesivas de integración son la villa o barrio; el departamento o provincia, que es  la reunión de villas o barrios; y el dominio o territorio nacional, que es la reunión o incorporación de departamentos o provincias, el pueblo de cada uno de los cuales está organizado en un cuerpo político.

En la sociedad antigua, este plan territorial era desconocido. Cuando sobrevino, quedó fijada la línea de demarcación entre  la sociedad antigua y la moderna…”[4]

“Cabe hacer notar, además, que las instituciones domésticas de los bárbaros, y aún de los antepasados salvajes del hombre, todavía se ejemplifican con tanta amplitud en porciones de la familia humana que, con excepción del período estrictamente primitivo, las diversas etapas de este progreso  se  hallan bastante bien conservadas.”[5]

Así  Morgan ejemplifica la perdurabilidad de las instituciones a través del tiempo, desestimando la tesis de la degradación del género  humano para explicar la existencia de salvajes y bárbaros. Sostiene  que la experiencia del género humano ha corrido por cauces casi uniformes; que ante condiciones similares las necesidades humanas han sido las mismas; y que las evoluciones en el campo mental siguen el mismo derrotero en virtud de la identidad específica del cerebro en todas las razas humanas.

Ante las clasificaciones introducidas por arqueólogos daneses, con términos como “Edad de Piedra”, de “Bronce” y de “Hierro”[6], introduce otra clasificación que abarca diferentes culturas y representa un modo  particular de vida.

Morgan divide al período del salvajismo en tres subperíodos, el inferior, el medio y el superior; y la condición de la sociedad en cada uno distinguirá como el “estadio” inferior, medio y superior de la barbarie.

ESTADIO INFERIOR DEL SALVAJISMO: Período que comienza con la infancia del hombre y que termina  con la adquisición  de una subsistencia  a base de  pescado y  el conocimiento del  fuego. Comienza la palabra articulada.

ESTADO MEDIO DEL SALVAJISMO: Adquirida su subsistencia basándose en pescado y conocido el  fuego, termina con la invención del  arco y de la flecha. Mientras perduraba esa condición, el hombre se diseminó desde su  morada originaria, por  sobre  la mayor parte de la  superficie de la tierra.

ESTADIO SUPERIOR DEL SALVAJISMO:Terminó con  la invención del arte de la alfarería. Este estadio clausura el período del salvajismo.[7]

ESTADIO INFERIOR DE LA BARBARIE: El arte de la alfarería, puede elegirse para fijar una línea de demarcación, arbitraria entre el salvajismo y la barbarie. Al tratar de fijar su  término y el  comienzo del estadio  medio, Morgan va a distinguir entre Hemisferio Occidental y Oriental.[8]

ESTADIO MEDIO DE LA BARBARIE: Comienza en el hemisferio oriental, con la domesticación de animales, y, en el occidental, con el cultivo a base de riego, y con el uso del adobe  y de la piedra en la  arquitectura. Su término puede fijarse en la invención del procedimiento de fundir el hierro mineral. Coloca en  este estadio a los indios pueblos de Nuevo Méjico, Centro América y Perú.

ESTADIO  SUPERIOR DE  LA BARBARIE: Comenzó con el trabajo del hierro y terminó con la invención de un alfabeto fonético y el uso de la escritura en la composición literaria. Coloca aquí a las tribus griegas de la edad de Homero, a las tribus italianas, antes de la fundación de Roma, y a las germánicas.

ESTADIO DE LA CIVILIZACIÓN: Se divide en antiguo y moderno. Puede ser admitida, como equivalente, la escritura jeroglífica en piedra.

Con respecto a una clasificación de la evolución homínida, Edward Tylor, en  su  obra “Investigaciones sobre la historia primitiva de la humanidad y sobre el desarrollo de la civilización”(1865), expone que “…la vida humana puede clasificarse toscamente en tres grandes estados, salvaje, bárbaro y civilizado, que pueden definirse como tipos.”[9]

El estado inferior es aquel en el que el hombre se alimenta sólo de plantas y animales  silvestres, no cultiva la tierra ni cria animales domésticos. Los salvajes debieron habitar en las selvas tropicales, con los elementos necesarios para su subsistencia a su alrededor; mientras que en  las regiones  más pobres y más frías, tendrían que llevar una  vida errante buscando alimento. No pueden extraer metales del mineral, permaneciendo por lo tanto en la Edad de Piedra.

Así como para Morgan, la invención del arte de la alfarería, marca  el  paso del salvajismo a la barbarie; para Tylor los hombres se elevan al estado siguiente, cuando empiezan a cultivar los campos. Se establece así la vida regular y estable de los pueblos y ciudades, con beneficios para las artes, conocimientos y gobierno. En su mayor parte, las naciones se han elevado a la edad de los metales.

“Por último, el estado civilizado puede considerarse que  comienza con el arte de la escritura, la cual, archivando la historia, la ley, los conocimientos y la  religión para el servicio de las edades venideras, enlaza lo pasado a lo por venir en una no interrumpida cadena de progreso intelectual y moral.”[10]

“Es así como  el esquema general de los evolucionistas se mueve en un sentido jerárquico. Desde un punto, imaginario, como partida del desarrollo propiamente humano, al que se denomina salvajismo inferior, resalta la partida del camino a recorrer. Pasando luego a dos subestadíos mas que completan esta etapa primitiva, llamados salvajismo medio y superior. Desde el imaginado grado cero hasta la finalización del  salvajismo se dibuja el período más primigenio del hombre, el más  primitivo. El ingreso a la barbarie anuncia el pase a una instancia intermedia entre aquel salvaje prototípico y la civilización tan cotidiana. Los  dos primeros subestadíos, serán la otra cara del primitivismo.”[11]

Cuadro basado exclusivamente en las síntesis de Morgan y Tylor.[12]

Ambos autores, dan entonces, un carácter jerárquico a los estadios en los que dividen al desarrollo del hombre,  clasificándolos según los grados  de sus relativos progresos. Podemos así encontrar, en estas clasificaciones, algunas características importantes de destacar.

1- El orden meramente jerárquico comienza a tener una cronología; el salvajismo antecede y antecedió a la barbarie, y ésta a la civilización. Ésta es una cronología ordinal,[13]que permite aseverar que donde hay civilización ha habido antes barbarie y salvajismo y donde hay barbarie ha habido antes salvajismo.

2- Se agrega a ésta la cronología cardinal, donde hay una época salvaje, una bárbara y otra civilizada; con un  momento cierto que comienza para cada uno de los estadios.

3- Estas cronologías permiten datar el curso entero de la humanidad con fecha cierta.

“La humanidad es entonces tipificada, asentándose en una datación cierta basada en la primera aparición tipológica en el tiempo.”[14]

El hombre comienza entonces en el cuaternario, hace unos cien mil años, y pasó a la barbarie hace unos cuarenta mil años, para acceder a la civilización hace unos cinco mil años.

Tanto Tylor como Morgan, especialmente este último, reconocen diferencias de condiciones, desarrollo y de cultura dentro de un mismo período, en diferentes puntos del planeta.[15] Sin embargo, adjudican características parecidas en el estadio correspondiente. Resulta significativo observar el enfoque etnocentrista de sus apreciaciones, otorgándole a la propia cultura, el papel de máxima expresión “civilizada”, y utilizándola como parámetro válido para categorizar a las otras culturas.

“…las naciones arias hallarán el tipo de la condición de sus antepasados remotos que se encontraban en el salvajismo, en la de los australianos y polinesios; los del estadio inferior de la barbarie en la de algunos indios pueblos de América, y los del estadio medio en la de los indios pueblos con los cuales su propia experiencia en el estadio superior se vincula directamente.”[16]

Existen en la historia, sobradas muestras de este  tipo de pensamiento europeo con respecto a las otras culturas, ya sean indígenas u orientales. Bastaría con remontarse al siglo de la conquista, el siglo XV, y recorrer la obra “civilizadora” de dicho emprendimiento. Por eso no debe sorprendernos el etnocentrismo de la antropología del siglo XIX.

“…el etnocentrismo fue un rasgo predominante de la antropología en el siglo XIX. Para ser más precisos, diremos  que el etnocentrismo se expresaba fundamentalmente en la concepción  teórica que sustentaba las obras de mayor envergadura. El contexto valorativo se servía de los datos empíricos para producir una visión a través de la cual la dominación política y la expoliación económica de los pueblos bárbaros, primitivos, por parte de las naciones capitalistas civilizadas, quedaba perfectamente legitimada por la misión civilizadora de los hombres blancos y de sus instituciones.”[17]

No debemos circunscribir al etnocentrismo, como a un rasgo exclusivo de la antropología, sino como a un elemento ideológico particular de la civilización europea y occidental en el  siglo XIX.

EL PROGRESO HUMANO

Lewis Morgan, en “La sociedad primitiva”,  en el capítulo referido a la “Razón del progreso humano”, remarca el admirable cambio de condición, del hombre en cada uno de sus progresos. Antes de que éste pudiese alcanzar el estado civilizado, fue menester que hubiese hecho suyos los elementos de civilización.

Nombra a aquellas contribuciones mayores de la civilización moderna[1] (se refiere a los grandes inventos), descartando a las ciencias modernas, la libertad de cultos y la escuela pública, junto con la democracia representativa.

“La civilización moderna recuperó y asimiló todo lo que era de valor en las civilizaciones antiguas, y si bien las contribuciones de  aquella a la suma del saber humano han sido vastas, brillantes y rápidas, distan mucho de ser tan desproporcionadamente grandes como para obscurecer las civilizaciones antiguas  y adjudicarles insignificancia al compararlas.”[2]

Más adelante pasa por alto el período medioeval, y se refiere a las civilizaciones romana y griega. Ambas son deficientes en grandes inventos y descubrimientos, pero son sobresalientes en artes, filosofía y en instituciones orgánicas.[3]

Estas civilizaciones absorbieron oportunamente los inventos, descubrimientos e instituciones del período anterior de la barbarie; inclusive las conquistas posteriores del hombre civilizado distan mucho de bastar para eclipsar la obra del hombre bárbaro. Su consideración como bárbaro es en el  contexto de la suma del progreso humano.

El empleo de la escritura, nos proporciona una prueba terminante del comienzo de la civilización. La producción de los poemas de Homero, (orales o escritos) fija en forma bastante precisa el momento en que se introduce la civilización entre los griegos.

Para Morgan, la Ilíada es la exposición más antigua y más detallada del progreso del hombre. A través de ella, Homero nos ha transmitido el legado más importante, una descripción notablemente completa de las artes, costumbres, inventos y régimen de vida de los antiguos griegos.

“Nos presenta nuestro primer cuadro comprensivo de la sociedad aria, cuando aún se hallaba en la barbarie, mostrándonos los progresos ya alcanzados y sus caracteres peculiares. Merced a estos poemas estamos habilitados para afirmar con seguridad que ciertas cosas eran conocidas por los griegos antes que ellos penetraran en la civilización.”[4]

Entrando al  período medio, la suma de las conquistas en esta etapa fue menor que la de la que le siguió; pero su relación con la suma de los progresos humanos fue muy grande. “A medida que ascendemos en orden de tiempo y de la evolución, y descendemos en la escala de adelantos humanos, las invenciones se tornan más sencillas y más directas en su relación con necesidades primarias.”[5]

“Dos familias del género humano, la aria y la  semítica, mediante el cruce de troncos diversos, superioridad de subsistencia o ventaja de posición, y posiblemente mediante la conjunción de todo esto, fueron las primeras en salir de la barbarie. Fueron substancialmente las fundadoras de la civilización.”[6]

Morgan plantea, que esta porción de la raza humana se encontró detenida en ciertas etapas de progreso, mientras permanecía así, los pueblos más rústicos, avanzando siempre, se acercaban en diferentes grados de aproximación al mismo estado. Contribuyó a esto la  propagación de los inventos y descubrimientos, de los que se apropiaron las tribus inferiores. Desde el  período medio de la barbarie, a pesar de esto, las familias aria y semítica representan el nudo central de este progreso, que ya en el período de  la civilización ha sido asumida por la familia aria sola.

Tanto Morgan como Tylor, coinciden en apreciar que los adelantos vividos por los pueblos, se basan en un desarrollo gradual  que proviene de un estado anterior. Tylor especifica que ese desarrollo comienza en los estados de vida más sencillos, rudos y primitivos.

Refiriéndose al  progreso humano en el continente americano, Morgan afirma que el aborigen, en la época del descubrimiento, en su mayoría, había emergido del salvajismo y alcanzado el estadio inferior de barbarie, aún a pesar de tener una “dotación inferior de cualidades mentales”.[7]

Habían domesticado la llama, y habían  producido el bronce por la aleación de cobre con estaño. Sólo les faltaba el arte de fundir el mineral de hierro, para alcanzar el estadio superior. Considerando la falta de vínculo con “la parte más adelantada de la familia humana”, en el otro hemisferio; su progreso, sin ayuda desde el estado salvaje, debe tenerse por notable.[8]

El salvajismo fue el período formativo del género humano. Las conquistas del salvajismo no son descollantes en carácter, pero representan un esfuerzo inconmensurable, con medios endebles, continuada a través de largos períodos de tiempo. Sin embargo, corresponden a este período la formación de la palabra articulada, la implantación de dos formas de la familia y la organización en gentes, que dio la primera forma de sociedad digna del hombre.

Morgan destaca cuatro sucesos en el gran período de la barbarie:

1- La domesticación de animales.

2- El descubrimiento de los cereales.

3- El empleo de la piedra en arquitectura.

4- La invención del proceso de la fundición de mineral de hierro.

“La investigación de los orígenes y los primeros desarrollos de la civilización deben fomentarse celosamente no simplemente como un  asunto de investigación curiosa sino como una guía práctica importante para la comprensión del presente y la conformación del futuro. Todo acceso al conocimiento debe ser explorado, así como cualquier antecedente al respecto. Ninguna  clase de datos debe dejarse de lado, alegando su antigüedad o complejidad, su pequeñez o insignificancia.”[9]

“La barbarie finaliza  con la producción de grandes bárbaros. Mientras que la condición de la sociedad en este período era comprendida por  los escritores griegos y romanos de fecha posterior, el estado anterior se hallaba tan hondamente oculto a su comprensión como a la nuestra… ocupando ellos un punto de mira más cercano en orden de tiempo, pudieron apreciar con más claridad las relaciones del pasado con el  presente.”[10]

Es éste quizá, uno de los legados más importantes de estos autores; la mirada al pasado en función de descubrir el porque de nuestra evolución, de nuestro crecimiento.

“Comprender el pasado por el presente, comprender el  presente por el  pasado.”     Marc  Bloch


[1] Son el telégrafo eléctrico, el gas de hulla, el motor mecánico, el motor a vapor con sus aparatos dependientes (locomotora, ferrocarril y el buque a vapor), el telescopio, etc.

[2] MORGAN LEWIS, Op. Cit. Pág 58.

[3] Son su legado el gobierno imperial y real, la ley civil, el cristianismo, el gobierno mixto aristocrá/tico y democrático, la organización de ejércitos con disciplina militar, la acuñación de moneda, etc.

[4] MORGAN LEWIS, Op. Cit. Pág 61.

[5] Ibídem Pág 65.

[6] Ibídem Pág 71.

[7] Ibídem Pág 73.

[8] Una vez más se hace presente la superioridad de una cultura, la europea, sobre la otra.

[9] TYLOR EDWARD. Cultura Primitiva. Capítulo La ciencia de la cultura. Los orígenes de la antropología. Pág 152.

[10] MORGAN LEWIS, Op. Cit. Pág 79.


[1] Tendencia a presuponer la superioridad del propio grupo y de la propia cultura sobre otras.

[2] TYLOR, EDWARD, Cultura Primitiva I: Los orígenes de la cultura, Madrid, 1977,  pag 41.

[3] Ibidem pag 23.

[4] MORGAN, LEWIS. La sociedad primitiva, Tomo I, La Plata 1935. Pag 23.

[5] Ibídem, pag 24.

[6] Términos útiles para  la clasificación de objetos de arte antiguo. Ibídem,  pag  25.

[7] Morgan coloca como ejemplos a las tribus Athapascan, las tribus del Valle de Colombia y ciertas tribus de América del Norte y del Sur. Ibídem, pag 28.

[8] Morgan coloca como ejemplos a las tribus indias de EE-UU, al Este  del Río Missouri, y aquellas tribus de  Europa que practicaban la alfarería, pero  sin  poseer animales domésticos. Ibídem pag 29.

[9] TYLOR, EDWARD. Investigaciones sobre la cultura primitiva de la humanidad y sobre el desarrollo de la civilización. Barcelona, 1987, pag 28.

[10] Ibídem pag 29.

[11] QUIRÓS, GUILLERMO. Principios de Antropología económica, Edit Biblos, Arg 1996. Pag 244.

[12] Ibídem Pág 245.

[13] Que va en  igual sentido que el orden de desarrollo.

[14] QUIRÓS GUILLERMO, Op. Cit. Pág 247.

[15] Como ya señalamos, MORGAN diferencia entre hemisferios oriental y occidental.

[16] MORGAN LEWIS, Op. Cit. Pág 39.

[17] MATEO FERNANDO, Los orígenes de la antropología. Centro Editor de América Latina. Arg 1991. Introducción, Pág 17.

20 Responses to LEWIS H. MORGAN, EDWARD TYLOR y el EVOLUCIONISMO CULTURAL

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.