browser icon
You are using an insecure version of your web browser. Please update your browser!
Using an outdated browser makes your computer unsafe. For a safer, faster, more enjoyable user experience, please update your browser today or try a newer browser.

HAITÍ, primer país donde se abolió la esclavitud.

Posted by on 8 febrero, 2010

La Revolución Francesa (1789) causó una honda repercusión en las entonces colonias americanas. Sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad y su declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, colocaba a los revolucionarios franceses en franca contradicción con lo que por entonces sucedía en las colonias francesas en América.

Saint-Domingue se habia transformado en la colonia francesa más productiva del Caribe y competía con las islas azucareras británicas. Su población blanca era minoritaria (40000 habitantes aproximadamente) frente a la creciente importación de esclavos negros que hacia 1789 representaban el 90 % de la población.

Mientras grupos liberales franceses abogaban por la libertad de los esclavos, los dueños de las plantaciones de Saint-Domingue enviaron sus representantes a París para participar de la Asamblea Nacional. Una vez allí, se opusieron a la liberación de los esclavos, argumentando que esto perjudicaría notablemente a la economía de la isla y a los negocios coloniales (basados en el uso intensivo de mano de obra esclava).

Corría 1791 cuando se produjo en Haití un levantamiento de esclavos, encabezado por el lider negro Toussaint L’Ouverture. Con el apoyo de españoles e ingleses (rivales de la Francia revolucionaria), las propiedades de los terratenientes fueron atacadas y ocupadas mientras los esclavos se declaraban hombres libres del yugo opresor que los había explotado durante tanto tiempo. Los ingleses llegaron inclusive a comprometer su ayuda frente a una eventual declaración de independencia.

Los revolucionarios también enviaron representantes a París, y en 1793, por disposición de los jacobinos (en esta etapa ya no eran los grupos mas moderados los que dirigian la revolución sino los más radicalizados) obtuvieron no sólo la libertad, sino también la emancipación de los esclavos de las colonias francesas.

Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud, ¿cual fue el último?, Brasil, en 1888, exactamente allí donde el término «haitianismo» era sinónimo de desorden y violencia (no hace falta explicar porqué).

Ya como gobernante, L’Ouverture mantuvo el trabajo de plantaciones y obligó a los antes esclavos a retomar sus trabajos en ellas para no detener la producción azucarera, único sustento de su frágil economía. Unificó toda la isla invadiendo la parte española de Santo Domingo, estableció relaciones con Estados Unidos y sancionó una Constitución en 1801. Fue declarado presidente vitalicio.

Pero un nuevo giro político en Francia, cambió el estado de cosas. Los grupos más conservadores había retomado el control de la revolución y habían entronizado a Napoleón Bonaparte como Emperador. Su política colonial era muy diferente a la de Maximiliano Robespierre. Tan diferente era que envió a la isla una expedición de 80buques y más de 50.000 hombres con el objetivo de borrar a Haití como república libre y de restituirla como colonia francesa. La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, Napoleón quería resucitarla.

En 1802, L’Ouverture cayó preso y fué enviado a París, donde murió cautivo al año siguiente. Su puesto de lucha fue ocupado por otro lider revolucionario negro, Jean Jacques Dessalines. Eduardo Galeano, en Las venas abiertas de América Latina, nos acerca los comentarios del comandante francés a Napoleón acerca de la situación en la isla:

«He aquí mi opinión sobre este país: hay que suprimir a todos los negros de las montañas, hombres y mujeres, conservando sólo a los niños menores de 12 años, exterminar la mitad de los negros de las llanuras y no dejar en la colonia ni un solo mulato que lleve charreteras.»

La campaña napoleónica en Haití, duró casi dos años y finalizó en 1804, no sin antes haber perdido la vida en ella unos 50.000 hombres, víctimas de la guerra y la fiebre amarilla. Dessalines proclamó la república de Haití -nombre indígena que reemplazo al de Saint-Domingue- y su independencia, transformándose en el primer Estado independiente de américa Latina y primera república negra del mundo. Pero el daño ya estaba hecho, la tierra heredada era tierra arrasada, por la guerra y por una feroz indemnización que el nuevo gobierno se vió obligado a comprometerse a pagar a la vencida Francia (150 millones de francos oro, ¡actuales 21.000 millones de dólares!). La deuda (multiplicada por los intereses) fue pagada finalmente en 1938, momento en el cual los bancos estadounidenses comenzaban a ser los nuevos acreedores.

Volvamos a Galeano:

«Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos. De la maldición blanca, no se habló.»

(…) » En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.  La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo. Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años. Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza

Haití fue uno de los países del hemisferio que se doblegó ante las «sugerencias» del Banco Mundial y del FMI (¿les suena conocido?), siguió sus recetas, eliminó los aranceles de importación, «liberó las fuerzas del mercado» y eliminó los subsidios que protegían a la producción nacional. Lo demás es ya triste historia conocida. El reciente terremoto que asoló a su pueblo, no es lo peor que le ha pasado.

Fuentes bibliográficas.

http://www.elargentino.com/nota-75732-Haiti-la-maldicion-blanca.html

Eggers-Brass, Teresa, Historia Latinoamericana en el contexto mundial, Maipue, Bs. As., 2004.

10 Responses to HAITÍ, primer país donde se abolió la esclavitud.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.