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ARIZONA, CUANDO LA INMIGRACIÓN ES DELITO

Posted by on 8 mayo, 2010

La Historia nos sirve para recordar que los  «perseguidores» de hoy, fueron «los ilegales” de ayer. Después de consumarse la independencia de México tras la firma del Acta de Independencia (28 de septiembre de 1821) se fundaba el Primer Imperio Mexicano , cuyo primer monarca sería Agustín I de México (Agustín de Iturbide). El Imperio abarcaba los territorios del antiguo Virreinato de Nueva España  de Norteamérica (Texas, Oregón, California, Nuevo México, Wyoming, Colorado…) y Centroamérica, en total unos 5 millones de Km cuadrados y escasamente poblados.

El Gobierno mexicano, siguiendo la política del Virreinato, facilitó la llegada de inmigrantes “legales” para poblar tan basta extensión de terreno. La mayoría de estos inmigrantes eran norteamericanos del vecino EEUU. La política inmigratoria mexicana y el afán expansionista americano fueron utilizados para introducir inmigrantes ilegales, incluso delincuentes y multitud de esclavos, algo totalmente prohibido por la Constitución mexicana.

Cuando quisieron poner fin a esta “invasión pacífica” y a la violación de la leyes mexicanas, ya era muy tarde. En 1830 la población inmigrante – americanos y esclavos – ya superaba a la autóctona en Texas.

En 1832, pidieron la independencia de México para anexionarse a los EEUU. Cuatro años más tarde, el general Santa Ana derrotaba a los insurrectos en el Alamo  (Texas). El resto es historia conocida. Por cierto, Arizona formaba parte de Nuevo México.

El pasado 23 de abril, el Estado de Arizona aprobó una dura ley inmigratoria que ha provocado fuertes reacciones en la comunidad hispánica en el país del norte, y en México, su presidente, Felipe Calderón, advirtió que no piensa quedarse de brazos cruzados y que utilizará «todos los recursos a su alcance para defender los derechos de todos los mexicanos que se vean perjudicados por esta legislación«. 12 millones de mexicanos habitan en Estados Unidos, la mitad, indocumentados, y de ellos, aproximadamente 500.000 viven en Arizona.

La ley SB-1070, firmada el viernes por la gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, autoriza a la policía a detener, sin importar que se cometa delito o infracción alguna, a cualquier persona en caso de que exista una «duda razonable» sobre su estancia legal en el país. Cárcel y multas de 2500 dólares serán las penas impuestas.

«Toda regulación que se centre en criminalizar el fenómeno migratorio, un fenómeno social, un fenómeno económico, abre la puerta a la intolerancia, al odio, a la discriminación, al abuso en la aplicación de la ley«, señaló Calderón. Y agregó: «No puede ni va a permanecer mi gobierno indiferente cuando estas políticas atentan contra los derechos humanos«.

Mientras los detractores de la ley afirman que ésta institucionaliza el delito de la apariencia racial, la gobernadora Brewer argumenta que es una forma de defenderse de la violencia de los carteles de la droga en México, que ha causado más de 22.700 muertos desde diciembre de 2006 .

«Respaldamos desde el Congreso cualquier boicot comercial y de transporte que realicen comerciantes y ciudadanos contra esta nefasta ley antiinmigratoria«, afirmó el diputado federal mexicano del Partido Acción Nacional (PAN) Oscar Martín Arce. Su pedido no se hizo esperar: ayer, decenas de camioneros independientes de México, que es el principal mercado de Arizona en el extranjero, acordaron no trasladar ni recoger cargas desde y hacia ese estado, en protesta por la ley de Brewer, considerada la más dura en Estados Unidos contra los indocumentados.

Andrés Oppenheimer destaca cinco grandes razones por las que esta legislación reminiscente del nazismo no tiene pies ni cabeza.

  • Primero, no impedirá que los inmigrantes indocumentados sigan viniendo a Estados Unidos. Mientras el ingreso per cápita en el país sea más de tres veces mayor que en México -46.000 dólares anuales contra 13.500 dólares, para ser precisos-, los mexicanos y demás latinoamericanos seguirán cruzando la frontera, sea como fuere.
  • En segundo lugar, no mejorará la seguridad en Arizona. Por el contrario, desviará los recursos policiales que deberían usarse para combatir el crimen y hará que los inmigrantes indocumentados -al igual que los estadounidenses de origen latino que no quieran ser molestados por la policía- se abstengan de denunciar crímenes.
  • En tercer lugar, afectará la economía de Arizona. Si los latinos se van, «se llevarán consigo los dólares de sus impuestos, sus negocios y su poder de compra a otra parte», según el Centro de Políticas Inmigratorias, un grupo en favor de los derechos de los inmigrantes.
  • En cuarto lugar, si otros estados siguen los pasos de Arizona, se podría producir una retracción del turismo latinoamericano. Muchos de los 13 millones de mexicanos, 2,5 millones de sudamericanos y 860.000 centroamericanos que visitan Estados Unidos anualmente podrían pensarlo dos veces antes de ir a lugares donde pueden ser parados por la policía por el simple color de su piel o por el idioma que hablan.
  • En quinto lugar, la nueva ley estatal es contraria a la diversidad que caracteriza a Estados Unidos. A pesar de la caída de la imagen estadounidense en el mundo tras la guerra de Irak, el país ha vuelto a ser visto con buenos ojos por la mayoría del resto de los países, según una nueva encuesta de BBC. Las leyes inmigratorias basadas en perfiles raciales sin duda dañarán la imagen del país.

Oppenheimer concluye afirmando que  «la ley de Arizona no sólo es legalmente cuestionable, económicamente contraproducente y moralmente repugnante, sino que tampoco ayudará en nada a resolver la crisis inmigratoria del país».

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, calificó de “discriminatoria” la ley antiinmigratoria aprobada por el estado de Arizona. “Esta ley hace equivalente la inmigración con el delito y crea bases para una discriminación racial que consideramos inaceptable”, afirmó ayer Insulza desde El Salvador. Y agregó: “La norma es claramente en contra de los inmigrantes y en particular de la población latina de los Estados Unidos. Todos los países tienen por cierto el pleno derecho a regular la inmigración dentro de sus territorios, pero no a costa de no respetar los derechos humanos, los derechos de las personas y de crear estereotipos raciales que no corresponden a la realidad”, concluyó el secretario.

¿Creeran  que los hispanos residentes en Arizona van a hacer como ellos y pedir la independencia para anexionarse con México? Ellos sólo buscan una oportunidad para sacar a sus familias adelante y, a veces, son tratados como esclavos.

La solución, antes de que estas medidas sean copiadas por otros estados, es que Barack Obama impulse la tan prometida reforma inmigratoria, que mejoraría la seguridad fronteriza y permitiría legalizar a muchos de los más de 10 millones de indocumentados. El presidente tiene ahora la palabra.

Fuentes consultadas y notas completas:

Diario La Nación, 27/4/2010.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1258591&origen=NLExt

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1258592

Carlos Salas – La semana (El Mundo) 6/5/10, en Historias de la Historia.

http://historiasdelahistoria.com/2010/05/06/cuando-los-espaldas-mojadas-eran-los-que-ahora-persiguen-a-los-inmigrantes/

Página 12, 27/4/2010.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/144690-46488-2010-04-27.html

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