browser icon
You are using an insecure version of your web browser. Please update your browser!
Using an outdated browser makes your computer unsafe. For a safer, faster, more enjoyable user experience, please update your browser today or try a newer browser.

LA PIEDRA ROSETTA y el mago Champollion

Posted by on 5 mayo, 2010

La piedra Rosetta fue descubierta por el ejército francés en 1799 durante la construcción del fuerte Saint-Julien en el delta del Nilo y contiene un texto con tres tipos de escrituras. El primero, de catorce renglones, es en caracteres jeroglíficos; el segundo, demóticos; y el tercero, en griego uncial. Aunque desde Diodoro Sículo muchos intentaron, sin resultado concreto, descifrar la escritura jeroglífica, con el descubrimiento de la Piedra Rosetta parecía haber una gran oportunidad.

Aquel verano de 1799,   un grupo de soldados franceses se encontraban fortificando sus posiciones. Formaban parte de una expedición, desastrosa en lo militar pero muy fructífera en lo científico.

Uno de los picos franceses, ocupado en excavar una trinchera, tropezó con algo duro. Seguramente el francés que se encontraba al otro lado del pico sintió fustración al creer haber encontrado una roca. Pero la decepción debió convertirse en satisfacción al examinarla y descubrir que tenía inscripciones en ella. El soldado había encontrado el pretexto que, sabía, le libraría del abrasador sol del agosto egipcio durante unas horas. Acudió al oficial Dhautpoul para informarle de que había encontrado una piedra con extraños textos, y este mandó que se retirara el hallazgo con cuidado.

Champollion, siguiendo la opinión del jesuita Kircher, a sus 17 años le escribe a su hermano: «Yo me consagro completamente al copto. Quiero conocer el egipcio tanto como mi lengua materna, porque en esta lengua estará basado mi gran trabajo acerca de los papiros egipcios». Se dice que en esas épocas fue tal su dedicación al estudio, que contrajo estrabismo por la gran cantidad de horas de lectura bajo una lámpara mal colocada.

En 1821, el mismo año de la muerte de Napoleón, Champollion decide abocarse finalmente al estudio de la Piedra Rosetta y al descifrado de los jeroglíficos. Estos escritos que los griegos llamaron jeroglíficos eran para los antiguos egipcios «palabras d elos dioses», y la escritura tenía así un carácter sagrado y mágico: quien sabía el trazo de aquellos caracteres no era menos que un erudito o un mago. Todos los años de studio de Champollion lo habían convertido en un erudito y estaba a punto de convertirse en un mago.

Se cuenta que al inicio del trabajo de Champollion con la Piedra Rosetta llegó a sus oidos que Alexandre Lenoir había publicado un opúsculo que parecía ser la clave de la escritura jeroglífica. Cuentan también que no tardó en convertirse en risa: lejos estaba aquella explicación de lo que él develaría en 1822 en cu Carta a Mr. Dacier sobre el alfabeto de los jeroglíficos fonéticos. Había logrado reconocer 12 caracteres y elaborado una teoría de decodificación. Su método para el descifrado del alfabeto jeroglífico es por fin consolidado en 1824 cuando publica Precisiones acerca del sistema jeroglífico de los antiguos egipcios. Sus afirmaciones suscitaron la controversia y la crítica, pero sus múltiples estudios de monumentos egipcios y su expedición a Egipto en 1828 le permitieron confirmar sus descubrimientos (el templo de Dendera será su mayor testigo).

Conforma así, los contornos de una nueva disciplina, la egiptologia y obtiene a su regreso un lugar en la Academia de las inscripciones y la cátedra de Arqueología Egipcia en el College de France creada especialmente para él. La leyenda se cierra alrededor de Champoillon. Se cuenta que, debido a que su madre -embarazada de él- estaba gravemente enferma, su padre la llevó a un curandero. El curandero la hizo acostarse sobre un lecho de hierbas calientes, anunció su curación inmediata y el alumbramiento de un niño de fama imperecedera. Unos dias más tarde, el 23 de diciembre de 1790, nacía Jean-Francois Champoillon, aquel agiptólogo, traductor y mago de fama imperecedera que moriría el 4 de marzo de 1832.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.