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PAPEL PRENSA, la opinión pública como rehén.

Posted by on 29 agosto, 2010

“El teniente general (RE) Jorge Rafael Videla dejó inaugurada ayer la planta nacional de papel para diarios en una ceremonia efectuada en San Pedro. El Presidente destacó la trascendencia que este hecho tiene para el país y subrayó la necesidad de ejercer la libertad de prensa con responsabilidad. Esta edición de Clarín está impresa en papel elaborado en la flamante fábrica”. (Portada de Clarín, 28/09/1978)

En esta Argentina de las confrontaciones, está claro que nadie puede considerarse inocente, ni el gobierno que denuncia donde antes soslayaba, ni el gigante monopólico que todavía pretende arrogarse el rótulo de «periodismo independiente». Y nosotros somos los rehenes de esta pelea.  Por eso resulta fundamental informarse, para posicionarse con fundamento. Hace unos días, Clarín y La Nación se dirigieron a sus lectores con una solicitada titulada «Una historia inventada para quedarse con Papel Prensa«. Me gustaria realizar un par de comentarios al respecto. En primer lugar, cuando afirma que «controlar el papel es controlar la información», ¿no están admitiendo que son ellos quienes la controlan?. Siendo así, ¿no está mal?. Mas alla de las presiones interesadas del gobierno, ¿no deberiamos -como ciudadanos- repudiar el manejo y el control monopólico de los medios?. En segundo término, afirman que la compra de Papel Prensa debe abstraerse de cualquier convivencia con el poder dictatorial de entonces. ¿es eso posible?.

A continuación, reproduzco parte de la solicitada y algunos párrafos del libro «El dictador», escrito en 2001  por dos periodistas que han sabido trabajar para el monopolio en varias oportunidades. Para leer y analizar.

UNA HISTORIA INVENTADA PARA QUEDARSE CONPAPEL PRENSA.

Los accionistas privados de Papel Prensa venimos denunciando desde hace casi un año un plan del gobierno nacional para apoderarse de la compañía y controlar el papel para diarios, insumo esencial de la prensa libre. Controlar el papel es controlar la información, y esto es lo que el Gobierno viene buscando a través de varias herramientas: la propaganda oficial, la ley de medios, el control del acceso a la información, el manejo militante de los medios públicos y la multiplicación de los medios paraoficiales. En los últimos días, esta intención de avasallar el derecho de la sociedad a la libre elección y expresión se reveló de manera muy clara con la cancelación de la licencia de un proveedor de Internet (…) Nunca, en 27 años de democracia, Papel Prensa recibió ningún cuestionamiento administrativo o judicial por su origen. La empresa nació en 1972 de la mano de la Editorial Abril, de César Civita, luego fue adquirida por el grupo Graiver y en 1976, cuando este último atravesaba graves problemas financieros con la quiebra de dos de sus bancos en el exterior, fue ofrecida por sus dueños a Fapel, sociedad constituida por los diarios LA NACION, Clarín y La Razón. (…) La compraventa se llevó a cabo el 2 de noviembre de 1976. Fue una operación absolutamente legal y pública, anunciada en todos los diarios de la época. La Opinión , de Jacobo Timerman, padre del actual canciller, afirmó que se trataba de una «ventajosa operación» para los Graiver. En ese momento no había salido a la luz la conexión del grupo Graiver con la organización armada Montoneros, vínculo que en marzo y abril de 1977 desencadenó el repudiable secuestro de varios miembros de ese grupo por la dictadura militar.

Ver solicitada completa en: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1297563&origen=NLPol

Seoane, Maria; Muleiro, Vicente, El dictador. La historia secreta de Jorge Rafael Videla. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, marzo de 2001, Págs. 270 y 271.

Videla había explicado en un reportaje de fines de enero cual era su idea de los tiempos de su régimen. Como si transcribiera en lengua política las fases previstas en la orden de operaciones 405/ 76. Videla hablo de tres fases para la “Nueva Argentina”: denomino periodo de reordenamiento básico al golpe militar; periodo de consolidación y creatividad a la represión a sangre y fuego para imponer  el régimen y que aun estaba en curso, y periodo fundacional a una salida política futura. Para no ser malinterpretado, aclaro que las Fuerzas Armadas tendrían un papel fundamental en un remoto futuro político. Esbozada así la idea de reforzar el partido militar; es decir, de darle el status de partido árbitro o partido fundante de una alianza cívico – militar en la cual el poder militar fuera el hegemónico. Videla dio, además, su idea de democracia militarizada: A los valores de la democracia se debe incorporar el de la seguridad interna. Nada había cambiado entonces, y la dictadura continuaba su derrotero según el único plan al que Videla era fiel sin ambigüedades: la represión ilegal y las reformas económicas. Sin embargo, la oficina de Villarreal logro instalar la necesidad de que cada arma elaborara planes políticos; a la idea se plegó Massera y también Agosti, quien tendría como redactor – asesor en este terreno al profesor y periodista Mariano Grondona, amigo del Brigadier Basilio Arturo Ignacio Lami Dozo.

Para aceitar la defensa de su gobierno en el frente externo ante las acusaciones de violador de los derechos humanos, a principios de febrero de 1977 Videla llamo a Buenos Aires a Alejandro Orfila, secretario general de la OEA. Pero no solo llamo por ello: unos días antes había sido secuestrado y asesinado en la tortura Jorge Rubinstein, cuñado de Broner y contador de Graiver, quien a su vez había muerto en un sospechoso accidente en México, en agosto de 1976. Su imperio, que incluía inmobiliarias, compañías de turismo, financieras, agencias de Prode y de Lotería, bancos, la participación accionaria en La Opinión y mayoritaria en Papel Prensa, la única empresa que fabricaba papel de diario en la Argentina, estaba vacante. La primera consecuencia de la desaparición de Rubinstein fue el secuestro de Lidia Papaleo, esposa de Graiver, una semana después. Durante la tortura y violación de Papaleo, perpetradas por el comisario Miguel Etchecolatz, Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense y mano derecha de Camps, en el Pozo de Banfield, el comisario amenazo a la mujer con frases como “burguesita traidora”. Papaleo termino admitiendo que Montoneros enviaba emisarios mensualmente a las oficinas de la empresa Egasa de Graiver, supuestamente para recoger los intereses que producía el capital depositado por los guerrilleros.

“Donde esta la plata de los montos, turrita”, le gritaba Etchecolatz a Papaleo, sintetizando las aspiraciones de sus jefes, Camps, Suarez Mason y Saint Jean. Papaleo fue obligada por Martínez de Hoz y su pariente, Pedro Martínez Segovia, socio de Graiver y presidente de Papel Prensa, a vender su parte en la empresa papelera.

Las acciones terminaron siendo ofrecidas por el Estado –como parte de una operación de negocios que no disimulaba el intento de control a la prensa- a FAPEL, la empresa que constituyeron tres diarios: La Nación, Clarín y La Razón.

Años mas tarde, Villarreal contó que la discusión sobre a quien ofrecerle Papel Prensa produjo un durísimo enfrentamiento en la Junta. FAPEL era la candidata de Videla y Martinez de Hoz. Massera tenía otro candidato: el banquero José Rafael Trozzo, dueño del Banco de Intercambio Regional (BIR).

“Esa reunión –afirmo Villarreal- fue una de las pocas veces en las que Videla blefeo, utilizando términos de póker. Ocurrió cuando se discutía el famoso tema de Papel Prensa. De entrada había dos o tres candidatos. Massera destrozaba sistemáticamente a todos los candidatos, incluida Papel. Videla venia realmente deprimido de todas estas reuniones. Entonces un día le digo:  <Vea, mi general, evidentemente el candidato de Massera es Trozzo, ¿por que no utiliza la misma forma que Massera para dar por terminada la discusión?. En la reunión dígale: Muy bien, no estas de acuerdo con esto, pero desde ya te digo que el Sr. Trozzo es mala palabra para el Ejercito.>Esta era la terminología usada por Massera. Cuando no quería algo decía: <Esto es mala palabra para la Armada>. Massera nunca había mencionado a Trozzo en las discusiones pero nosotros sabíamos que su candidato era el. Entonces Videla dijo Trozzo es mala palabra para el Ejercito. Y se acabo la discusión. Videla volvió encantado esa noche.

En el momento al que se refiere Villarreal, Videla no podía saber que ocho años después seria procesado por los delitos de encubrimiento reiterado, abuso de autoridad y administración fraudulenta en perjuicio del Estado por el traspaso de las acciones de Papel Prensa (no fue condenado por prescripción de la causa).

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