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ELECCIONES DE 1946. El «milagro aritmético», Perón presidente

Posted by on 31 octubre, 2010

Las demandas de la oposición y las de una sociedad que había sufrido significativas transformaciones en los últimos años, obligaron al presidente Farrell[1] a convocar a comicios nacionales para principios de 1946. Dos alianzas sociales y políticas se enfrentaban. El país ya no volvería a ser el mismo. ¿Quiénes se enfrentaron? ¿Qué intereses representaban?

Perón en campaña electoral

1945, UN AÑO CLAVE

Hacia 1945 el panorama no era favorable para la alianza social encabezada por el Coronel Juan Perón, por entonces Secretario de Trabajo, Vicepresidente y Ministro de Guerra del gobierno de facto. Sus reformas laborales le habían ganado la oposición de la dirigencia industrial y de los sectores terratenientes, renuentes a otorgar a los trabajadores aquellos beneficios que el gobierno, a instancias de la gestión de Perón, les había otorgado[2].

A ellos se les sumó la totalidad del arco político, asociaciones profesionales, parte de la comunidad universitaria y algunos sectores sindicales que rechazaban la intervención de Perón en el otorgamiento de derechos laborales.

El 16 de junio de 1945 se produjo la primera manifestación pública de esta amalgama opositora, a través del Manifiesto del Comercio y la Industria[3] en el que 321 organizaciones patronales, encabezadas por la Bolsa de Comercio y la Cámara Argentina de Comercio cuestionaban la política laboral. Un día después adhirieron la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas, agregando su reclamo contra el que consideraban el abusivo «Estatuto del Peón«.[4]

La respuesta no se haría esperar, el movimiento sindical reaccionó en defensa de las leyes laborales y el 12 de julio, los sindicatos liderados por Angel Borlenghi[5], realizan un acto multitudinario en el centro de la ciudad de Buenos Aires. El nombre de Perón comienza a ser coreado. Los trabajadores comienzan a identificarse con la figura del coronel.

“ (…) la demostración de fuerza fue impresionante (…) compacta, sólida, haciendo gala de un entusiasmo enronquecido que no se veía en las calles desde los tiempos de Yrigoyen, la multitud llevaba algunos cartelones con la inscripción “Perón Presidente” (…) simplemente sentían que Perón les había dado lo que no les había dado nadie y venían a gritar su apoyo”.[6]

La polarización iba en aumento. Mientras el antiperonismo hizo suya la bandera de la democracia, los seguidores de Perón enarbolaron la de la justicia social.

El 19 de septiembre, sectores medios y altos de la sociedad, conforman la Marcha de la Constitución y la Libertad, que se extendió desde el Congreso hasta Plaza Francia, y que convocó la extraordinaria cantidad de 200.000 manifestantes. De composición heterogénea, la marcha resultó ser una imponente exhibición de fuerza. El gobierno parecía trastabillar. A fines de mes, un conato de golpe de Estado encabezado por el General Rawson, les había dado la excusa para reimplantar el estado de sitio. Decenas de dirigentes opositores fueron encarcelados, lo que provocó la ocupación de las universidades de todo el país a manos de los estudiantes. La impopularidad del gobierno de Farrell arrastró a la figura de Perón, debilitada en esta coyuntura.

Su situación se tornó insostenible. El 8 de octubre renuncia a sus cargos. Significaba un claro triunfo de la oposición.

El 12 de octubre, una multitud se congregó frente al Círculo Militar, reclamando la entrega del gobierno a la Corte Suprema de Justicia. En un estado de tensión desmesurado, la concentración culminó en un enfrentamiento con la policía, que provocó un muerto y varios heridos. Un Farrell debilitado cedió ante la presión del General Eduardo Ávalos y ordenó la detención de Perón, quien fue trasladado a la isla Martín García.

Cuando el triunfo opositor parecía total, los sectores trabajadores retomaron la iniciativa perdida y pasaron a la ofensiva. El desplazamiento de Perón era la inequívoca prueba de la pérdida de las conquistas sociales obtenidas. Algunos dirigentes sindicales, en el marco de la reunión de la Comisión Confederal de la CGT, tomaron la iniciativa de declarar una huelga general y una movilización para el 18 de octubre. Sin embargo, la cúpula sindical se vio desbordada por sus bases. El cordón industrial del Gran Buenos Aires, La Plata y Rosario se desplazaron hacia los principales centros urbanos el día 17[7]. Espontáneamente, en algunos casos, organizados por dirigentes obreros en otros, detienen a su paso toda actividad.

“Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la plaza de Mayo. Vi, reconocí y amé a los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina invisible que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista…” Leopoldo Marechal

“… un conjunto de seres estupidizados por la idolatría y por el alcohol (…) Cantaban y bailaban la conga ofreciendo un espectáculo que quizá no puede darse ni en la selva congolesa…” Juan Carulla

Cerca de las 23, en una Plaza de Mayo desbordante de manifestantes, Perón apareció en el balcón de la Casa Rosada. El coronel detenido había sido rescatado por el pueblo trabajador, y lo había ungido como su líder.

CAMINO A LAS ELECCIONES. LA UNIÓN DEMOCRÁTICA

Enrique Mosca, candidato a vicepresidente por la Unión Democrática.

La mayoría del arco político argentino, ante el llamado a elecciones, acordó en la necesidad de tejer una alianza que debía ser encabezada por la UCR. El sector intransigente del partido se oponía, encabezado por Amadeo Sabattini, Arturo Frondizi y Ricardo Balbín, entre otros. Finalmente, el 14 de noviembre de 1945, el sector unionista se impuso, creándose la Unión Democrática (UD), con la condición que la fórmula presidencial fuera exclusivamente radical y que fuera excluido de la alianza el Partido Demócrata Nacional.[8]

Encolumnados tras la fórmula José P. Tamborini y Enrique Mosca, se alineó: el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista (PDP), el Partido Comunista y diversas fuerzas conservadoras. Adhirieron también a la UD pequeños partidos, como el Partido Popular Católico y la Unión Centro Independientes, así como importantes organizaciones estudiantiles (FUA, FUBA), etc.), patronales, y profesionales (Centro de Ingenieros, Asociación de Abogados, Sociedad Argentina de Escritores, etc.).

Esta poderosa alianza social, contó con el apoyo de sectores terratenientes, de la burguesía industrial, de sectores medios urbanos y de sectores industrialistas atemorizados por la movilización obrera. Un rol activo en la campaña cumplirá la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Unión Industrial Argentina (UIA). Y si algún ingrediente le faltaba a este amplio conglomerado opositor, se le agregará el respaldo activo del Embajador norteamericano en Argentina, Spruille Braden, quien se encargaría de recrear en estas tierras, el escenario de la 2da Guerra Mundial, donde el enemigo a derrotar sería Perón, encarnación autóctona del eje nazi-fascista.

El Departamento de Estado norteamericano, a instancias de Braden, en esos momentos subsecretario de Estado para América Latina, publicó un Libro Azul en el que se denunciaban las vinculaciones de Perón y otras personalidades argentinas con las potencias del Eje, reforzando así los ataques que la Unión Democrática había lanzado contra él. Esta interferencia norteamericana en la política argentina, en vez de perjudicar a Perón, lo favoreció, pues sirvió para que las elecciones se convirtieran en una disyuntiva entre Braden o Perón”.[9]

PERÓN y el PARTIDO LABORISTA

En torno a la figura de Perón, se conformó una alianza social que estaba mayoritariamente compuesta por el sector trabajador, los pequeños y medianos industriales y productores agrarios mercadointernistas y sectores nacionalistas del ejército.

Su candidatura fue apoyada por el Partido Laborista,[10] de orientación obrera, fue creado por dirigentes sindicales que expresaban el manifiesto deseo de los trabajadores de convertirse en actores políticos con autonomía.

El programa del partido proponía una organización económica y social basada en una “necesaria redistribución de los ingresos, que mejore los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores. La democracia política debía complementarse con la democracia económica”.

Hortensio Quijano, dirigente de un grupo escindido de la UCR, fue elegido para acompañar a Perón en la fórmula electoral. Hábilmente, Perón y Quijano se presentaron ante el electorado como la fórmula del pueblo contra la “oligarquía capitalista” y el “imperialismo norteamericano”. De esta manera, el formidable apoyo brindado por Braden a la UD, fue resuelto por Perón en un slogan electoral en el que se planteaba al electorado la disyuntiva “Braden o Perón”.

LOS RESULTADOS

PARTIDO LABORISTA1.527.23152%
UNIÓN DEMOCRÁTICA1.207.15542%
Partidos aliados a UD73.2483%
en BLANCO23.7351.3%
Otros47.5581.7%
TOTAL2.878.927

El “milagro aritmético” se había producido. El pequeño Partido laborista, representante de un sector de la sociedad que para muchos “no existís”, había triunfado sobre la totalidad de los partidos políticos. Junto con la presidencia, el laborismo obtuvo los dos tercios de la Cámara de Diputados, amplia mayoría en el Senado y el gobierno de trece provincias (sobre catorce).

Perón se encaminaba hacia su primera presidencia de la República. Lo analizaré en un próximo artículo.


[1] Edelmiro Julián Farrell (12/2/1887 – 31/10/1980), militar argentino. En 1943 participó en el golpe de Estado llamado Revolución del 43, que derrocó al entonces presidente Castillo. Desempeñó los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación durante la presidencia del General Pedro Ramírez, hasta que éste fue removido, fecha en que asumió por delegación del cargo como Presidente (de facto) de la Nación, desde el 25 de febrero de 1944 (y definitivamente por renuncia de Ramírez desde el 9 de marzo) hasta el 4 de junio de 1946.

[2] Algunas de sus medidas más significativas fueron: se crea el fuero laboral para resolver conflictos que antes debían solucionarse en forma privada; se otorgan aumentos salariales por decreto; se crea el sueldo anual complementario; se celebran convenios colectivos de trabajo bajo la tutela del Estado, y se dictan 111 leyes laborales, todo hasta 1945.

[3] La principal queja del sector empresario era que se estaba creando «un clima de recelos, de provocación y de rebeldía, que estimula el resentimiento, y un permanente espíritu de hostilidad y reivindicación».

[4] El Estatuto del peón, estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales. Esta reforma fue duramente cuestionada por los terratenientes, ya que –afirmaban- no podrían responder a los gastos que ocasionarían las nuevas disposiciones.

[5]Ángel Gabriel Borlenghi (1904/1962) destacado sindicalista y político argentino. Fue secretario general de la Confederación General de Empleados de comercio, y –siendo Perón presidente- Ministro del Interior (1946/1955).

[6] LUNA, Félix, El 45, Sudamericana, Bs. As., 1999, pág. 157.

[7] Ver: http://www.historionauta.com/2019/10/17-de-octubre-de-1945-el-subsuelo-de-la-patria-sublevada/

[8] El Partido Demócrata Nacional (PDN) partido conservador argentino (1931/1955). El partido se constituyó en el dominante dentro de la Concordancia, una alianza política que gobernó la Argentina utilizando abierta y masivamente el fraude electoral entre 1932 y 1943, período de la historia argentina conocido como la Década Infame. A pesar de no participar activamente en la alianza, la apoyó decididamente.

[9] NAVARRO, Marysa, Evita, Bs. As., Corregidor, 1981.

[10]Tras el 17 de octubre, un grupo de 150 militantes sindicales convocados por Luis Gay y Cipriano Reyes, formaron un Comité Provisional del Partido Laborista, integrado también por los ferroviarios Monzalvo y Tejada, Manuel García (espectáculos), Vicente Garófalo (vidrio) y Leandro Reynes (periodistas), entre otros. El PL quedó oficialmente fundado el 24/10/1945. Luis Gay fue elegido presidente del partido, mientras que Reyes lo fue de la seccional de la Pcia. de Bs. As.

IMAGENES: Pavón Pereyra Enrique, Director, Perón, el hombre del destino, Abril educativa y cultural, Bs. As., 1975, vol II, páginas 11, 12 y 13.

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