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MURIÓ VIDELA, PRESO, CONDENADO y REPUDIADO.

Posted by on 19 mayo, 2013

Murió Jorge Rafael Videla. Murió preso, condenado y repudiado. El dictador, principal brazo ejecutor del terrorismo de Estado en todo el país entre 1976 y 1983, murió a los 87 años en la cárcel de Marcos Paz de muerte natural. No tuvieron la misma suerte las miles de víctimas, en su mayoría jóvenes, que ordenó secuestrar, torturar, asesinar y tirar al mar para ocultar sus cuerpos. Estaba preso en el pabellón 6 del módulo IV de Marcos Paz.

Videla había sido designado comandante en jefe del Ejército el 27 de agosto de 1975. El 24 de marzo de 1976 a la una de la mañana la asonada encabezada por Videla por el Ejército, Emilio Eduardo Massera por la Armada y Orlando Agosti por la Fuerza Aérea derrocó a la debilitada presidenta María Estela Martínez de Perón. Las Fuerzas Armadas tomaron el poder y pusieron en práctica un plan siatemático para asesinar a militantes políticos, gremialistas, estudiantes y todo aquel que fuera necesario para impartir el terror en la población e imponer el modelo económico que reclamaba el establishment y que diseñó José Alfredo Martínez de Hoz. Para eso, con la Doctrina de Seguridad Nacional norteamericana y la Escuela Francesa de la guerra de Argelia como sostén y el apoyo espiritual de la Iglesia, se montaron centros clandestinos de detención, tortura y exterminio y se decidió ocultar los cuerpos de las víctimas.

En 1985, en el Juicio a las Juntas, Videla fue condenado a prisión perpetua por 66 homicidios doblemente calificados, cuatro torturas seguidas de muerte, 93 tormentos, 306 privaciones ilegales de la libertad y 26 robos. Estuvo preso hasta 1990, cuando a través de dos decretos, el entonces presidente Carlos Menem lo indultó. El 9 de junio de 1998 Videla volvió a prisión, acusado de ser responsable de apropiación de niños, hijos de desaparecidos. Videla estuvo 38 días en la Cárcel de Caseros, después se fue a su casa con el beneficio del arresto domiciliario hasta 2008, cuando fue llevado a Campo de Mayo.

Después de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida y los indultos se abrieron en todo el país decenas de procesos contra el dictador. El 22 de diciembre de 2010 fue condenado a perpetua por los crímenes cometidos en la Unidad Penitenciaria 1 de Córdoba, entre ellos, el asesinato de 31 presos políticos. En julio del año pasado recibió 50 años por su responsabilidad en la sustracción, retención y ocultamiento de menores, hijos de desaparecidos, aquellos delitos por los que había vuelto a prisión catorce años antes. Sin embargo, la única condena confirmada por la Corte Suprema es la de 1985. Su última aparición pública fue esta misma semana, al negarse a declarar en el juicio en el que se investigan los delitos del Plan Cóndor, la acción de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur.

Videla no será enterrado con honores porque fue destituido del Ejército y porque en 2009 la ministra Nilda Garré dispuso que los militares involucrados en delitos de lesa humanidad fueran excluidos de los discursos oficiales y fanfarrias. No hubo grandes emociones ante su muerte, sí una ola de repudio por lo que hizo en vida. Más ante la posible existencia de otros que se acerquen a los valores que él encarnó.

Si Videla hubiera muerto como Pinochet, en su casa y sin haber sido condenado, no habría alivio. Que haya muerto preso en una cárcel común habla muy bien de nuestra democracia. Recurro a José Pablo Feinmann.

Videla es el núcleo íntimo de nuestro miedo. El secreto terror que todos llevamos en sí. Es nuestra perfecta idea del mal. De la ausencia o de la despreocupación de Dios. O, peor, de su complicidad con ese mal. Ese núcleo íntimo de terror que dejó en nosotros nos dice día a día que volverá. Que el mal es la esencia más determinante de este mundo y entonces él, que era el mal, retornará, de una u otra forma. Alguien aparecerá otra vez para ser Videla. Pero hay en nosotros y en muchos más otro núcleo y ese núcleo es el de nuestro amor por la vida y por la justicia y por las causas justas. Desde ese núcleo –que día a día crece en nosotros y seguirá creciendo– impediremos ese regreso tan indeseado, que no sólo es la perversa esencia de toda perversión, sino también del mal, de la muerte.

Cobertura periodística:

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-220302-2013-05-18.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-220303-2013-05-18.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-220296-2013-05-18.html

http://www.lanacion.com.ar/1583224-videla-pertenece-al-septimo-circulo-el-de-los-violentos

http://www.lanacion.com.ar/1583211-videla-el-simbolo-de-la-dictadura-murio-en-la-prision

http://www.lanacion.com.ar/1583240-del-poder-sin-limites-al-final-en-una-carcel

http://www.clarin.com/politica/rostro-regimen-secuestro-torturo-asesino_0_921507968.html

http://www.clarin.com/opinion/Videla-murio-acabo-cultura-autoritaria_0_921507957.html

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