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de las CASAS /SEPÚLVEDA: DEBATE SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS INDÍGENAS.

Posted by on 1 noviembre, 2019

En la primera mitad del siglo XVI, los indígenas americanos fueron declarados libres, súbditos de la corona española y menores de edad. Condiciones necesarias para justificar su explotación durante la expansión de la conquista. Los abusos eran tan terribles que provocaron la reacción de algunos religiosos, como los frailes dominicos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas. En 1550 el Rey convoca a de las Casas y al jurista español Juan Ginés de Sepúlveda, defensor de la posición de los conquistadores, para sostener un debate en Valladolid. Reproduzco algunos de sus escritos para definir las posturas.

Bartolomé de las Casas y Juan Ginés Sepúlveda

«En la isla Española, que fue la primera, donde entraron cristianos y comenzaron los grandes estragos y perdiciones de estas gentes y que primero destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse y usar mal de ellos y comerles las comidas que sus sudores y trabajos salían, no contentándose con lo que los indios les daban de su grado, conforme a la facultad que cada uno tenia… comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; y algunos escondían sus comidas, otros sus mujeres e hijos; otros huían a los montes por apartarse de gente tan dura y terrible. Los cristianos les daban bofetadas, puñetazos y palazos… y esto llegó a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó pro fuerza su propia mujer. De aquí comenzaron los indios a buscar maneras para echar los cristianos de sus tierras: se pusieron en armas…(1)

«no es contrario ni a la justicia ni a la religión cristiana poner al frente de alguna de estas ciudades a varones españoles probos, justos y prudentes, para que se encarguen de instruirles en probas y civilizadas costumbres y de iniciarles, adentrarles y educarles en la religión cristiana, que ha de ser predicada no por la violencia, sino por los ejemplos y la persuasión. Ninguna razón de justicia, humanidad o filosofía cristiana prohíbe dominar a los mortales sometidos y exigir los tributos que son justa recompensa a los trabajos y necesarios para la alimentación de los príncipes, magistrados y soldados, tampoco prohíbe tener siervos y usar moderadamente de su trabajo, pero lo que sí está vedado es el imperar con avaricia y crueldad. (2)

«A este infinito número de gentes, Dios los creó simples, sin maldades ni dobleces, muy obedientes y fieles a sus señores naturales y a los cristianos a los que sirven. Son humildes, pacientes, pacíficas y quietas. Son también personas muy delicadas que no pueden sufrir trabajos y que mueren muy fácilmente de cualquier enfermedad. Son muy capaces y dóciles para toda buena doctrina; muy aptos para recibir nuestra Santa Fe Católica… entre estas ovejas mansas y de las cualidades antes dichas dotadas por su hacedor y creador, llegaron los españoles como tigres y leones, muy crueles, de muchos días hambrientos. Y desde hace cuarenta años no han hecho otra cosa sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas con extrañas, nuevas, variadas y nunca vistas ni leídas ni oídas formas de crueldad.(1)

«Estos bárbaros… en prudencia, ingenio y todo género de virtudes y humanos sentimientos son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos, las mujeres a los varones, los crueles e inhumanos a los extremadamente mansos, los exageradamente intemperantes a los continentes y moderados; finalmente cuanto estoy por decir los monos a los hombres. (2)

La posición de las Casas, tendiente a evangelizar a los indígenas sin hacer uso de la violencia, no seria tomada en cuenta por la Corona. Si bien no hubo una resolución final, significó el inicio de un cambio que de alguna manera mejoró la condición del indígena.

(1) Fray Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, 1542.

(2) Juan Ginés de Sepúlveda, Las justas causas de la guerra contra los indios, 1545.

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